Discurso de Cayetano Redondo Aceña, en su calidad de Comisario del IX Cuerpo de Ejército, pronunciado en Jaén el 10 de marzo de 1939 y publicado en el diario «Sur», órgano del Ejército de Andalucía con sede en Baza (Granada), el 14 de marzo de tan fatídico año. Si se exceptúan las palabras llamando a la calma que pronunciaría por radio el 28 de ese mes, al tomar el ejército franquista la ciudad de Jaén, se trata posiblemente de su último discurso, pues sería fusilado en Madrid, ciudad de la que había sido alcalde, el 21 de mayo de 1940 tras 14 meses de cautiverio en las cárceles de Baza, Jaén y Madrid (Torrijos).
"Rechazamos toda tutela extranjera, llámese de Hitler, de Mussolini o de Stalin. Somos y queremos ser nada más, y nada menos, que españoles. Importa mucho a todos que haya paz y trabajo en España, que triunfen y preponderen las ideas de justicia, democracia, libertad y respeto a todos los ideales políticos y religiosos de los españoles. Que desarmemos los odios y limpiemos nuestros espíritus de todo afán envenenado de rencor y de venganza.
Ser hombre de ideales jamás puede ser un delito, sino un motivo de estimación y de respeto para todo aquel que sepa estimar y respetar los ideales de sus adversarios".