sábado, 25 de junio de 2011

Indalecio Prieto Tuero y "Míster Blackstone"

Caricatura de Indalecio Prieto Tuero publicada en Solidaridad Obrera el 18 de junio 1936
Indalecio Prieto (PSOE) fue el creador del SIM, órgano represivo al servicio de Stalin

MISTER BLACKSTONE
Extracto de "En busca de Andreu Nin", de José María Zavala

El general soviético preguntó a Negrín si podía proporcionarle unas credenciales que demostrasen que él era agente de uno de los principales bancos estadounidenses o británicos. Negrín no puso objeciones y Orlov obtuvo un documento del Ministerio de Hacienda, firmado por su titular, en el que se pedía a las autoridades militares que prestaran ayuda a "Míster Blackstone, representante plenipotenciario del Banco de América". 

Orlov preguntó a Negrín quiénes estaban al corriente del plan. Éste contestó que sólo Azaña, Largo Caballero y él mismo lo conocían, pero que habían tenido que informar al director del Tesoro, Francisco Méndez Aspe. Finalmente otra persona debía estar forzosamente implicada en la trama: el Ministro de Marina y Aire, Indalecio Prieto. La explicación era obvia, sin la protección de la marina republicana en el Mediterráneo, los buques mercantes soviéticos que debían transportar el oro a lo largo del Mar Negro hasta el puerto de Odesa, corrían peligro de ser interceptados por alemanes e italianos. 

Pese a que el propio Prieto insistió en negar la menor participación suya en la operación, lo cierto es que en aquel momento mantenía un estrecho contacto con Negrín, quien a su vez había sido un miembro muy comprometido de la facción prietista del PSOE. Los lazos entre ambos eran más que evidentes y sin el respaldo del Ministro de Marina y Aire, el traslado del oro habría sido probablemente descubierto. Incluso el propio Ministro de Exteriores, Julio Álvarez del Vayo, aseguraba que Prieto había sido "hecho copartícipe del secreto".

Pero a Prieto el pragmático pocos le superaban en tozudez, e insistió en desmentir la relación con el plan. Bajo su soñolienta mirada, reflejo quizá de la diabetes que padecía, se escondía un espíritu enérgico que dejaba a menudo sin aliento a todos los que trabajaban a sus órdenes. Parecía más grande de lo que realmente era, tal vez por su monumental cabeza. 

El testimonio de Orlov sobre la implicación de Azaña en el traslado del Oro de Moscú contrastaba con el hecho de que el Presidente de la República  no hiciese la menor mención a este asunto del dinero. Pero no es menos cierto que el embajador español en Moscú, Marcelino Pascua, afirmó que su amigo Negrín le había dicho "repetidamente" que en realidad Azaña jamás se opuso a la operación.

    

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