Machado, Marañón, Ortega y Pérez de Ayala
Artículo publicado en Solidaridad Obrera el 18 de diciembre de 1932
LOS INTELECTUALES
NEGACIÓN Y CARENCIA DE IDEALES
A la amarga filípica de Unamuno contra los hombres de la República, seguirán otras. Los intelectuales que “descendieron” hasta la multitud para acabar con la Monarquía, una vez liquidada ésta, adquieren otra vez el perfil aristocrático que han mantenido siempre y caen en la idea de superhombría, única brújula descentrada que les guía por el camino de sus peregrinajes indefinidos.
La posición de Unamuno es la posición de Valle Inclán, y será más tarde la de Ortega y Gasset, Marañón, Madariaga y otros.
El rector de Salamanca, más impulsivo, impetuoso y decidido, ha dado la señal. Los intelectuales que eran tratados por el rey como cualquier palafrenero, se sintieron heridos en su presuntuosidad. Alfonso de Borbón tenía un interés especial en conservar la pureza de sangre de sus caballos favoritos; las obras literarias y científicas le interesaban poco.
Miguel de Unamuno