Abad de Santillán i Josep Peiró amb la Columna Ascaso
Como en todas las épocas de decadencia, una fuerza sana y vigorosa se sitúa en el primer plano de los acontecimientos para forjar los hechos: la juventud. Si los jóvenes hacen más ruido que los demás es porque tienen más energías acumuladas, o lo que es mejor, mayores posibilidades de recuperación. ¿Cómo va a dar la nota más aguda un mudo, ni saltar el muro más alto el paralítico? El joven, por ser insatisfecho, no puede sentirse feliz. Los satisfechos son aquellos que lo han logrado todo. El hombre-harto no siente afán de luchar. Por contra, los desafortunados van a la conquista de todo porque no tienen nada. Creer en la victoria implica luchar por ella y hacer posible su advenimiento. Hay una manía constante en indicar los caminos que debe recorrer la juventud.