El 6 d'octubre de 1932, el diputat per la circumscripció de Madrid en representació del Partido Republicano Radical, Alejandro Lerroux, visitava Tarragona i s'allotjava a l'Hotel Europa. Allí l'esperaven correligionaris i un fastuós banquet per a més de dos-cents comensals, que feia recordar aquelles "Meriendas Fraternales", però en versió petulant.
Els cenetistes, liderats per Josep Maria Alomà, protestaren contra la política demagògica, dretana i anticatalanista de qui havia estat "el Emperador del Paralelo". Altres militants d'esquerra s'uniren a la manifestació cenetista. Seguidors de Lerroux s'enfrontaren als cenetistes i el diputat haguí d'escapar per la cuina de l'hotel.
La premsa de Tarragona ocultà aquest fet i presentà la fugida de Lerroux distorsionant la realitat: "Entre grandes aplausos ha partido para Barcelona el automóvil en que ha efectuado su viaje el señor Lerroux, al que seguían otros ocupados por las personalidades de Barcelona que le han acompañado".
La Vanguardia, 7 de octubre de 1932
"Ha estado hoy aquí don Alejandro Lerroux, que acompañado de amigos y correligionarios se ha hospedado en el Hotel Europa. Frente a dicho edificio fueron acudiendo compactos grupos de disidentes del partido, que hiceron ostensibles manifestaciones de desagrado, que eran contrarrestadas por los aplausos y vivas de los incondicionales. [...]
Como al llegar a esta parte del discurso fuese advertido el señor Lerroux de que en la calle se habían producido algunas protestas porque los oradores hablaban en castellano, ha manifestado que lo hacía en este idioma porque así creía enaltecer el catalán. [...]
Se ocupa de la cuestión agraria y afirma que es partidario de que sean respetados los contratos existentes entre propietarios y arrendatarios. [...]
Poco antes de terminar el banquete se han producido algunos incidentes entre el gentío que se había congregado en La Rambla, frente al hotel Europa.
Según parece, un individuo que se hallaba frente al hotel, ha pronunciado algunas palabras molestas para el señor Lerroux y un correligionario de este le ha reprendido con dureza, iniciándose una disputa que no ha tenido más graves consecuencias por haber intervenido varias personas para apaciguar a los dos contendientes.
También cuando el señor Lerroux se disponía a salir del hotel Europa, de un grupo estacionado a poca distancia de la puerta del establecimiento, han partido algunas voces de protesta, que han sido acalladas por los aplausos de sus amigos".
La Vanguardia, 7 d'octubre de 1932
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